En 1904, durante la intendencia de Dámaso Valdés, comenzó la construcción de un edificio estable para la Municipalidad. Proyectado por el Ingeniero Civil Juan Bautista Aramburu, su diseño tiene características monumentales y eclécticas, inspirado en los grandes palacios renacentistas. Con jardín y estanque central, el edificio se organizó en dos plantas. El despacho del Intendente, Tesorería y Contaduría se ubicaron en la planta baja mientras el primer piso se destinó a las Secretarías.
El 10 de diciembre de 1905, luego del fallecimiento de Dámaso Valdés, el Intendente Serafín Morteo inauguró oficialmente el Palacio Municipal de San Nicolás. En julio de 1908 se instaló en su torre el reloj público.